ADVERTENCIAS A MÍ MISMO

En el centenario del nacimiento de Norman Mailer

domingo, 21 de mayo de 2023

De por qué el nuevo título del blog: Advertencias a mí mismo

 'Huéspedes de paso' pasó a editarse en papel. Ya van por el número 3, con pequeñas entrevistas, presentaciones de libros en las Feria Internacional del Libro en 2022 y 2023. 

Hemos dejado paso al cumplirse los cien años del nacimiento de Norman Mailer (nacido el 31 de enero de 1923) de este blog, cambiándolo de nombre: 'Advertencias a mí mismo', es un título de un libro de Mailer que se editó en Argentina, por una colección que dirigía Ricardo Piglia.


También se cumplen los 10 años de Sexpol Libros, y los festejaremos presentándolo en Bibliotecas, Universidades, sindicatos, junto a un grupo musical (que se presentó en la 47 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires), con la última re edición de 'Espíritus (En el mundo de la materia)'. Iremos informando por medios los blogs y las redes sobre las presentaciones próximas.

A su vez dejamos la información de un nuevo espacio de Cultura, Libros, Cine en radio. MOBY DICK, es un programa donde hablamos de actividades culturales, de nuevos libros y producciones de films regionales.

Carlos Liendro. Editor

Los 10 libros favoritos de Norman Mailer

 Ya sabéis que Normal Mailer era bastante crítico con la literatura ajena. De sus autores contemporáneos, la mayoría le parecían, en el mejor de los casos, prescindibles. Pero eso no quiere decir que no fuera un gran lector, y que algunos de los libros que había leído no le parecieran obras maestras (aunque con malicia, podríamos añadir que siempre y cuando quien lo hubiera escrito ya estuviera muerto).



En 2007 J. Peder Zane le preguntó a 125 autores de renombre cuáles eran sus 10 libros preferidos, con el objetivo de «determinar» los mejores 10 libros de todos los tiemposMailer fue uno de los que participaron en la encuesta, y entre sus libros de cabecera, encontramos muchos clásicos del siglo XIX.

Estos son los 10 libros favoritos de Norman Mailer:

  1. Anna Karenina – Lev Tolstoi
  2. Madame Bovary – Gustave Flaubert
  3. Crimen y castigo – Fiodor Dostoievski
  4. Los hermanos Karamazov – Fiodor Dostoievski
  5. Orgullo y prejuicio – Jane Austen
  6. Trilogía USA – John dos Passos
  7. Moby-Dick – Herman Melville
  8. Rojo y negro – Stendhal
  9. Los Buddenbrook – Thomas Mann
  10. Labyrinths (antología con relatos de ‘Ficciones’ y ‘El Aleph) – Jorge Luis Borges

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Volver a Mailer

 

NORMAN MAILER. Una de sus últimas entrevistas

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Nació en 1923 y murió en 2007. Norman Mailer fue un periodista que revolucionó la literatura, o quizás al revés: un escritor demasiado metido a periodista. Vivió toda su vida en Nueva York, pero se convirtió en una figura clave para entender la cultura del país entero. Un tipo correoso y sin mierdas. Leí ‘Los ejércitos de la noche’ demasiado pronto y ‘The Fight’ (el libro sobre la pelea entre Ali y Foreman) demasiado tarde. Su palabra es la ley. Cualquiera que esta sea.

Esta entrevista forma parte, al igual que la de Bob Dylan, del número especial del 40 aniversario de la edición americana de la revista Rolling Stone y fue realizada por Mark Binelli. La foto es de Richard Avedon.

NORMAN MAILER Periodismo de choque

¿Cuál fue su relación con la contracultura en 1967? Viniendo de la generación de la II Guerra Mundial, era un poco más mayor que la gente que lideraba el movimiento.

Veamos, en 1967 yo tenía 44 años, así que sí, sin duda era mayor que la contracultura. Tienes que tener en cuenta que este movimiento tuvo muchos problemas al nacer, socialmente hablando, porque durante toda la década de los años 50 pensábamos que éramos muy pocos, cuantitativamente. Esto fue durante los años de Eisenhower. Comparándole a él con los presidentes que han venido después, no fue tan malo, pero en aquel momento pensábamos que era horrible, porque era el típico americano simplón. Y pensábamos que el país estaba listo para explotar en medio de tantas nuevas ideas y de la nueva forma que teníamos de percibirlas. Debieron pasar sus buenos ocho años –era como poco 1965– antes de que la así llamada revolución empezase. Por entonces, yo  me sentía como el decano del movimiento. No era que la gente estuviera interesada en llamar a mi puerta para pedir consejo, sino más como observador.

¿Notaba la diferencia generacional?

Pensaba que ellos no tenían culpa de eso. Escuchabas a chicos decir: “Quememos la bandera americana”. Incluso peor: un tipo grosero que conocía decía: “Quememos un perro, para mostrarles cómo es quemar a una persona en Vietnam”. Recuerdo que le dije: “¿Estás gilipollas? ¿Quemar un perro?”. Pero era algo típico del extremismo. Mi generación salía de una guerra, sintiendo por un lado que había participado en un hito, pero por el otro sintiéndose traicionada. No habíamos participado de esa guerra para entrar acto seguido en una Guerra Fría. Teníamos raíces. Teníamos un sentido histórico de las cosas. Yo tenía la sensación de que esta nueva generación a la que te refieres había salido de la nada y que no tenían ni idea de lo que estaban haciendo. Por otro lado, era podidamente excitante, porque al menos estábamos estallando. Pero este “nosotros”, como digo, parcialmente difuminado.

¿Qué más dividía a su generación? ¿Qué sucedía con la cultura de las drogas?           

Bien, por supuesto, en los años 50, los que habíamos sido fumadores de marihuana estábamos muy orgullosos de ello. Pensábamos que la marihuana era el camino secreto para la revolución, de modo que si todo el mundo fumara marihuana llegaríamos a la revolución, porque cuando estás bajo los efectos de esta planta puedes verlo todo claro y nítido. Yo fui fumador de marihuana hasta que lo dejé diez o veinte años después. Tenía la sensación de que estaba reduciendo mi futuro con la marihuana. Me fumaba un porro –cuando lo hacía me colocaba de verdad– y era incapaz de hacer nada durante los siguientes dos días. Me di cuenta de que si quería ser un escritor serio y trabajar mucho, tenía que dejarlo, así que lo hice a regañadientes. Los chicos más jóvenes tomaban drogas más duras, pero yo nunca me metí en ese rollo.

¿Nunca probó las drogas psicodélicas en aquella época?

Antes de que el LSD apareciera había una cosa que se llamaba… ¿cómo coño se llamaba? Empezaba con “m”… ¡mescalina! Recuerdo que lo probé una vez, en Nueva Orleáns, y me puse malísimo, me volví medio loco. Así que nunca más volvía a probar nada de eso. Nunca probé el LSD. De hecho, rechazaba su uso.

¿Por qué?           

Porque encontraba que era como muy fácil. Siempre he tenido esta cosa fuerte, llámalo sentimiento, llámalo prejuicio, llámalo convicción… de que los misterios no están disponibles tan fácilmente. Te tienes que ganar el acceso a ellos. No aprendes las cosas para hacer un uso simple de ellas. Y tenía la impresión de que el LSD era como una autopista directa al misterio. Y lo que no me gusta nada del ácido era que la gente que lo tomaba perdía cada vez más el control. Se vaciaban y se volvían insípidos. Siempre pensé que en realidad Leary era un completo gilipollas. ¿Qué era eso de “conéctate, ponte en marcha y abandona”? Pensaba que estaba echando a perder a toda una generación así que no tengo nada bueno que decir sobre él y pienso que, a pesar de que pasaban cosas excitantes, también sucedían cosas horribles, entre las que destaco el hecho de que una generación entera se estaba consumiendo por algo sin importancia.

¿El rock & roll era otro motivo de conflicto?

Yo adoraba el jazz. Durante los años 50 solía ir al Five Spot a escuchar a Thelonious Monk, a Sonny Rollins… Eran héroes para mí. Pensaba, volviendo al tema, que el jazz era una puerta extraordinaria a los misterios de la vida moderna. Y pensaba que el rock & roll era algo monótono comparado con el jazz y nunca me gustó. Veía que crecía cada vez más y lo comparaba, de algún modo, con el crecimiento del LSD. Era como si todo se estuviera abaratando. Y pienso que todavía pasa eso hoy en día. Ahora vivimos en un ambiente mucho más barato que antes.

Escribiste de las convenciones políticas de 1968 en tu libro Miami y el Sitio de Chicago. Echando la vista atrás, ¿cuál piensas que es el legado de las protestas que tuvieron lugar en Chicago durante ese año?

Creo que el Partido Demócrata se está liberando de una vez por todas. Ha estado adormecido desde el mismo año 68. La convención provocó un daño tremendo al Partido Demócrata, porque partió al partido en dos –fue casi bíblico, como lo de la división de los mares–. Estaban los que se oponían por completo a la guerra de Vietnam y estaban literalmente dispuestos a dar la vida por sus creencias, mientras que la otra parte del partido pensaba “¡Vosotros fuisteis los que nos metisteis en esto! ¡Vosotros jodisteis el partido!”. Fue un horror, y el partido se ha tambaleado desde entonces. 1968 fue un desastre para los demócratas.

¿Por qué crees que este presidente [George W. Bush] y esta guerra no han conseguido generar el mismo nivel de protestas?

Bueno, creo que no ha generado el mismo nivel de protesta porque tan sólo han muerto allí unos pocos miles de soldados profesionales. ¿Qué es lo que tenemos sobre la mesa? ¿3.000 soldados americanos profesionales? Las bajas americanas en Vietnam fueron 50.000, y se trataba de soldados llamados a filas. Sin embargo, creo que sí que hay un enorme resentimiento por esta guerra en Irak. Y este resentimiento está plenamente justificado. Probablemente estemos hablando de la guerra más cobarde en la que hayamos estado nunca, con menos sentido, especialmente cuando miras a los listos que nos han metido en ella, estos neo-conservadores que pensaron que todo iba a ser facilísimo.

¿Crees que es una guerra más errónea que la de Vietnam?

Bueno, la de Vietnam también fue una guerra terriblemente errónea por una sencilla razón: se trataba de un comunismo caníbal. Había diferentes facciones comunistas luchando entre ellas, y si las hubiéramos dejado solas, hubieran desaparecido por sí mismas. En lugar de eso, Estados Unidos sufrió de paranoia. Pensamos, de manera incorrecta, que aquel comunismo iba a expandirse por todo el mundo hasta controlarlo. Todo, en mi opinión, por esta mala conciencia tan cristiana.

¿Qué quieres decir con eso?           

Que se supone que no podemos estar todo el día pensando en enriquecernos, enriquecernos y enriquecernos. Se supone que tenemos que cuidar de los pobres, si somos buenos cristianos. Pero el buen cristiano no existe. Si acaso, sólo encontramos un hombre o mujer de cada mil. El cristiano medio es una mezcla, como todos nosotros, con su lado bueno y su lado malo. Los cristianos practicantes han estado en el poder de este país durante toda mi vida y siempre han afirmado que el comunismo es la semilla del diablo. No lo ven como un sistema político formado por gente como ellos, con sus cosas buenas y sus cosas malas.

Hablando de la Guerra Fría, en el libro The White Negro escribiste sobre cómo la amenaza de una masacre nuclear produjo una crisis existencial entre la gente joven.

Que la muerte ya no tenía sentido, que se moría por nada.

¿Ves algo parecido ahora en esta guerra contra el terror?

El 11 de septiembre es un ejemplo perfecto para entender esto. El horror, el impacto, viene cuando piensas que un día te levantas por la mañana, dices adiós a tus hijos, das un beso a tu mujer, te vas al trabajo y mueres. Eso fue un shock intolerable. Por eso los terroristas son tan odiados, porque acaban con la idea de que vas a tener un muerte con un significado especial, así que, por tanto, ¿de qué sirve trabajar tan duro si no lo haces en nombre de algo con más significado? Por eso es por lo que Bush puede seguir en sus trece: “¡Terroristas!, ¡Terroristas!, ¡Terroristas!”. De alguna forma, Bush es un terrorista, porque alguien que se pasa todo el tiempo gritando “¡Terroristas!” es para conseguir una reacción, sin un propósito moral más alto.

Su propósito es generar miedo.

Está generando miedo donde no necesariamente tiene que residir ese miedo. La ventaja de ser un novelista es que adquieres desde muy joven el hábito de ver cada cosa de la vida desde todos sus puntos de vista. Particularmente te fijas en alguien que es horripilante, te gusta escucharle para ver cómo es. Así que, desde esa perspectiva, ¿cuál es la historia de los terroristas? La historia de los terroristas es que trabajan contra todos los elementos, relativamente hablando. No tienen apenas medios. Lo único que tienen es la posibilidad de hacer bastante daño en algunos sitios y matar a algunos cientos o a algunos miles de personas, así que si pueden lograrlo, sentirán que han triunfado, porque dado el resultado por el que políticos baratos como Bush se están peleando, les merece la pena, hasta cierto punto.

¿Cuál es la historia de Bush entonces si esa es la historia de los terroristas?

Bush es un terrorista.

¿Crees que es el peor  presidente de todos los tiempos?

Es un terrorista espiritual. Es interesante que, retrospectivamente, haga parecer a alguien como Nixon un buen presidente. Nixon era un hijo de puta cuya vida interior probablemente oliese a meado reconcentrado, pero era jodidamente listo, y era serio, y podía reconocer sus límites cuando se metía en algún lío. Así que mirando atrás, sí, estaríamos muchísimo mejor con Nixon que con Bush.

Acabo de ver un antiguo debate que protagonizaste junto con Marshall McLuhan…

Dios mío…

Era un programa de televisión en blanco y negro de 1968, y ambos hablabais del “sobre electrónico” y de la idea de la sobrecarga de información. Lo estaba viendo en el Google Video, así que la situación era bastante surrealista. ¿Crees que los cambios tecnológicos de los últimos cinco años han tenido algo de positivos?

No sé si son positivos en absoluto. Hay una ligera conexión entre la información creciente y el conocimiento sexual creciente. Llega un punto en el que si adquieres mucho conocimiento sexual, al final acabas mitigando el impacto. Y creo que eso mismo pasa con la información. Cuando posees mucha información y la consigues fácilmente, tiendes a utilizarla bien de forma desagradable, dejando a un lado la vanidad, o bien tiendes a ser indiscriminado con ella. Quiero decir, hace muchos años era complicado: tenías que consultar enciclopedias, tenías que ir a la biblioteca, a lo mejor pasar un día entero allí, era excitante. Ahora aprietas un par de botones y ya tienes toda la información, que, por cierto, siempre viene presentada en ese estilo mediocre tan característico de internet. Está ligeramente amortiguada. Y diría que si hay una cosa que no está bien de los cambios tecnológicos son esas dos palabras: “ligeramente amortiguada”.

¿Utilizas internet?

Ni tan siquiera sé cómo encender un ordenador.

Así que…

Lo utilizo indirectamente. Mi mujer utiliza uno y mi secretaria también, así que disfruto de los beneficios sin tener que utilizar los ordenadores.

¿Crees que el convertirte en un literato famoso te supuso una gran distracción?

Claro que sí, un extra, una trampa. Hizo de mi vida una caricatura.

¿Qué es lo que más te molestaba, más allá del concepto erróneo que tenía la gente sobre ti?

Nada me enfadó tanto como lo que decían de que yo odiaba a las mujeres. Crecí en un mundo lleno de mujeres, mujeres encantadoras, y siempre me han encantado. Cuando crecí fui lo suficientemente idiota como para hacer un par de comentarios sobre las mujeres. Hice un par de comentarios totalmente ridículos con el paso de los años, y, claro…  Pero no todas las mujeres en la revolución feminista eran feas. Gloria Steinem, por ejemplo, era guapa. Pero había un montón de mujeres feas que tomaron parte de aquella revolución, y odiaban a los hombres. Buscaban objetivos que despreciar y yo era uno de ellos.

Decir que había un montón de gente fea en el movimiento feminista no te va a reconciliar con las feministas.

Me refería a los primeros tiempos, ¡los primeros tiempos! Ahora forman parte de la población general.

Estuviste con Hunter S. Thompson en Zaire en 1974, cubriendo la pelea entre Muhammad Alí y George Foreman. ¿Cómo fue aquello?

Lo de Zaire fue fascinante. Estábamos un montón de escritores allí a los que nos encantaban los combates profesionales y teníamos la idea de la pelea absoluta y completamente interiorizada. Entonces Hunter vino con algo típico de él: éramos como un Consejo de Expertos y su experiencia a lo largo de su vida era que todos consejos de expertos eran un montón de mierda. Pensaba que iba a ser el líder de todo aquello. Tenía la idea de que no iba a aprender más de boxeo en dos semanas de lo que el resto había aprendido durante toda la vida, así que tenía que hacer algo distinto a nosotros. Y lo que decidió fue que iba a ver la pelea con Mobutu, que era el dictador de Zaire. Intentó por todos los medios sentarse junto a Mobutu, pero no lo consiguió.

Le vi en el avión de vuelta, borracho y bebiendo muchísimas cervezas seguidas. Lo recuerdo como ejemplo de su inmensa adaptabilidad –corría muchos riesgos así que si no le salía bien, ¿qué más daba? Siempre había otro riesgo a la vista, así que pasaba a otra cosa–. Esa fue una de sus últimas aventuras.

¿Seguías su trabajo?

Miedo y asco en Las Vegas es, no diría que mi libro favorito, pero sí es una absoluta maravilla. Todo lo que hizo en vida fue, de algún modo, una gran novela. Se saltó tantas reglas que me marearía si tuviera que evaluarlo. A veces yo no aprobaba las reglas que él rompía, desde el punto de vista de que yo era un escritor más establecido de lo que él era, pero esa actitud desafiante siempre me atrajo. Es una de esas personas de las que puedes leer una sola página de su trabajo y conmoverte, y no se puede decir eso de muchos escritores. Es rara la vez que uno no se estremece al leer una página de Hunter.

¿Qué hiciste cuando los ‘baby boomers’ abrazaron con retraso a la ‘greatest generation’?

[Risas] No creo que nunca nos hayamos visto así a nosotros mismos. Es gracioso. No tiene nada que ver con lo que pasó en realidad. Y la realidad es que nos quejábamos, nos enfadábamos, estábamos furiosos. Nos quejamos de la guerra. La idea de la “generación más maravillosa” no estaba a la altura de nuestra vanidad. No sé lo que fue para la gente más joven, pero supongo que los más inteligentes sólo dirían, “anda, más mierda”.

sábado, 23 de mayo de 2020

Juan José Saer

Hoy sábado 23 de mayo no me olvidé de ver 'Los 7 locos', allí estuvo Juan José Saer. El recuerdo es de 1997. Saer faleció en 2005

lunes, 13 de abril de 2020

Editoriales y plataformas online liberan sus contenidos durante la cuarentena

La iniciativa puede seguirse a través las redes sociales con el hashtag #YoMeQuedoEnCasaLeyendo. Hay material diverso y para todas las edades

La iniciativa, que surgió en España y ahora se extiende a la Argentina, permite acceder gratuitamente a libros para chicos, cuentos, novelas y hasta notas de investigación.
Ministerio de Cultura de la Nación. La institución pone a disposición de forma gratuita “12 cuentos nacionales interpretados por autores”. En su audioteca pueden encontrarse verdaderas joyitas de la literatura nacional leídas por los mejores intérpretes. Por ejemplo, El cerebro musical, de César Aira leído magistralmente por Fernando Noy, El Rescate, de Daniel Moyano por Norma Argentina; Gran noche de los Trenes, de Sara Gallardo por Adriana Aizemberg o Ay, Enrique, de Elvira Orphee por Verónica Llinás. Una forma de volver en la adultez a la etapa en que nos leían cuentos antes de dormir. Se pueden descargar y escuchar en https://www.cultura.gob.ar/publicaciones/audioteca/
Anagrama. Esta editorial propone que los lectores retiren sin cargo en cualquier lugar en que se vendan e-books los siguientes títulos: Fiesta en la madriguera, de Juan Pablo Villalobos; Mis documentos, de Alejandro Zambra; Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enriquez; Años felices, de Gonzalo Torné; y Un buen detective no se casa jamás, de Marta Sanz. Se descargan desde Apple, Google Play Books y BajaLibros.
Grupo Planeta. Pone a disposición de los lectores los títulos: El tiempo entre costuras de María Dueñas , La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón,  una novela de casi 600 páginas que forma parte de la serie El cementerio de los libros olvidados,Los hombres que no amaban a las mujeres , de Stieg Larsson, de la serie Millennium, El código Da Vinci de Dan Browun,.Todos se pueden descargar gratis hasta el 31 de marzo o leer sin costo en https://keepreadingencasa.planetadelibros.com/ y en las plataformas de libros electrónicos como Kindle.
Penguin Random House: Este grupo editorial impulsa, a través de sus redes sociales, una serie de actividades que incluyen sorteos, autores leyendo sus trabajos o contando qué están leyendo y muestras de audiolibros que se pueden encontrar en https://www.megustaleer.com.ar... y expone los comienzos de algunas de sus más recientes publicaciones.
Editorial Norma: Propone descargar gratis parte de su catálogo de libros infantiles y juveniles. Simbad el marinoMitos griegos de amor y aventura y El fantasma de Canterville, de Oscar Wilde. Para hacerlo hay que ingresar a https://www.normainfantilyjuvenil.com/ar/libros/coleccion/golu, elegi el libro, buscar la pestaña "Recursos" y después "Otros recursos".
Fondo de Cultura Económica: Una buena noticia para aquellos a los que les gusta la poesía argentina: ya se pueden leer gratuitamente algunos de los poemas de la gran Olga Orozco, tomados de la antología Relámpagos de lo invisible, cuya selección y prólogo estuvo a cargo de Horacio Zabaljáuregui.  Los poemas elegidos se pueden leer en:  https://drive.google.com/file/d/1J0aJlmW0sG9T5pkrCNSvODzpBROhL9-g/view.
Cada semana pondrán a disposición de los lectores distintos títulos de su catálogo.
El Ateneo:  Entre las ficciones ya disponibles figuran cuentos del libro El archivo de Sherlock Holmes , de Arthur Conan Doyle y novelas como Que nadie te salve la vida , de Flavia Company, que cruza las historias de cuatro personajes que cargan culpas y remordimientos, y Mal de muchas , de Marcela Alluz, una historia de mujeres contemporáneas.
Leamos.com: Ofrece acceder gratis por 30 días y sin limitaciones a sus libros digitales y audiolibros. Tiene títulos tan interesantes como Vámonos. La increíble historia del polizón Marcos Abraham.
Scribd: La plataforma de lectura por suscripción, sumándose a las propuestas de leer en casa, liberó sus contenidos digitales por 30 días. De esta forma quienes la consulten podrán tener acceso a más de un millón de libros y audiolibros que incluyen más de 75.000 títulos en español.
Mansalva. Ofrece tres ebooks de César Aira que subió a la web con los relatos Dante y Reina, Margarita (un recuerdo) y Cecil Taylor.
Revistas crisis y Aguinaldo: Se suman a las propuestas de lectura en cuarentena y liberan contenidos para leer en forma digital. La colección completa de Crisis se puede consultar en https://revistacrisis.com.ar/b... y al primer número de Aguinaldo en https://es.calameo.com/read/0061868034db78d147aaa

domingo, 22 de julio de 2018

Archivos de escritores

Un artículo donde se cuenta la situación actual de los archivos de literatos argentinos y luego para empezar a entender por qué muchos escritores deciden donar sus Bibliotecas a Universidades norteamericanas.
Con este artículo iniciamos una serie de información de cuán es el valor que se asigna a la literatura y la cultura argentina no solo desde el Estado; sino de cuanto le importa a los empresarios y fundaciones que manejarían un presupuesto para evitar que estos archivos desaparezcan

Los_papeles_inesperados_de_Princeton

por Virginia Collera
"Las letras manuscritas, o las páginas pasadas a máquina, a pulso, letra por letra, hablan de un tiempo anterior al del copy-paste y la edad electrónica. Kilómetros y kilómetros de tinta. Cada papel tiene su historia. Muchas de aquellas líneas han viajado en barcos, en correos aéreos o en trenes. Y han librado su propia lucha individual contra la desidia archivística. Y allí están, en Princeton". Y hasta allí viaja Juan José Mendoza para visitar la ambiciosa colección de manuscritos de escritores latinoamericanos que acoge la Firestone Library. En otra biblioteca, la Nacional, esta tarde se homenajea al periodista Gabriel García Márquez y en París, a partir del jueves, se analizará el impacto de la globalización en el imaginario latinoamericano recorriendo las novelas de Roberto BolañoYuri Herrera o Edmundo Paz Soldán. Empezamos.
ARGENTINA
"El guardián de los manuscritos me da un lápiz y seis delicadas hojas para que haga mis notas. Me recuerda que también debo dejar mi libreta de apuntes y mi birome en uno de los lockers. Y muy amablemente me indica un pupitre en el que puedo esperar por una de las cajas que solicité. Antes de ello, debo lavar cuidadosamente mis manos en un lugar especialmente dispuesto para esos fines en la antesala de lectura". Juan José Mendozavisita la Firestone Library de la Universidad de Princeton, que aloja "la más ambiciosa colección de manuscritos de escritores latinoamericanos del siglo XX". La primera adquisición fueron los papeles personales del escritor chileno José Donoso, que los cedió en 1974 como pago de la matrícula de un alumno. Ahí empezó todo. Luego llegarían los manuscritos de Carlos FuentesOctavio PazReinaldo ArenasGuillermo Cabrera InfanteÁngel RamaMario Vargas Llosa... "De entre todos los papeles, me explica Fernando [Acosta-Rodríguez, comisario de la colección], el diario de Alejandra Pizarnik se encuentra entre los más consultados por los investigadores. Cómo es que el diario de Pizarnik ha ido a parar allí es otra historia. Muchas cosas han pasado desde 1972, fecha de la muerte de la poeta, hasta 1999, año en que sus papeles ingresaron a Firestone Library. Una extraña cadena de hechos que se remontan a la dictadura militar y la necesidad de sacar del país los papeles de Pizarnik para mantenerlos a salvo, trasladarlos en barco, entregarlos a Julio Cortázar poco antes de su muerte en París y, finalmente, la entrega a Princeton de aquellos papeles por parte de Aurora Bernárdez, la ex esposa de Cortázar, en 1999. Son todas esas algunas de las muchas escalas de aquellos manuscritos". ¿Y cuál es la adquisición que más enorgullece al responsable de la colección? "La de los manuscritos de Juan José Saer que el archivo hiciera en 2010 y detrás de la cual no es difícil imaginar a Ricardo Piglia". (vía revista Ñ)
REINO UNIDO
¿Es el fin del ISBN? Inventado en el Reino Unido en 1965, no tardó en consolidarse como el sistema de clasificación internacional de los libros y hoy 150 agencias (una por país, menos Canadá, que tiene dos) emiten esos números que vemos impresos en los ejemplares. Pero la edición digital amenaza su monopolio porque abundan las alternativas: Amazon tiene su propio código, el Amazon Standard Identification Number (ASIN), el DOI(Digital Object Identifiers) identifica las publicaciones científicas… Y en Google Books el ISBN ni siquiera es obligatorio. "Las agencias del ISBN argumentan que su sistema terminó con la confusión […] pero en el terreno digital lo que importa no es el número que un editor le proporcione a un libro, sino su facilidad de descarga y su precio". (vía The Economist)
A los escritores británicos les cuesta escribir sobre sexo, opina Julian Barnes. Tienen un problema. Que se remonta a la exoneración de Penguin Books, editorial que fue juzgada en 1960 por publicar El amante de Lady Chatterley, una obra considerada "obscena". El veredicto liberó la palabra escrita y también a los escritores, que desde entonces se sintieron más libres para escribir lo que les viniera en gana. Pero esa liberación se volvió en su contra, según Barnes. "Es como si tuviéramos la obligación comercial de escribir de forma explícita sobre sexo", escribió el autor de El loro de Flaubertpara la serie radiofónica Explaining the Explicit de BBC Radio 3. "Y sustituimos los viejos eufemismos por nuevos tópicos". (vía The Telegraph)
FRANCIA
El jueves arranca en la École Normale Supérieure de París el congreso Formas y lenguajes de la globalización, que analizará el impacto de la globalización en el imaginario latinoamericano sirviéndose de las obras literarias de autores como Roberto Bolaño (Chile), Rodrigo Rey Rosa(Guatemala), Edmundo Paz Soldán (Bolivia), Rodrigo Fresán (Argentina) o Yuri Herrera (México), entre otros.
ESPAÑA
Esta tarde en la Biblioteca Nacional se rinde homenaje al Gabriel García Márquez periodista: Jaime Abello y Gerald Martin, que durante las últimas dos décadas han trabajado con el autor de Cien años de soledad, conversarán con Juan Cruz sobre su vida antes del Nobel y su compromiso con "el mejor oficio del mundo".
El Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe cumple 25 años y mañana algunos de los galardonados -Jenaro TalensCarlos MarzalLuis García MonteroJosefa Parra…- se reunirán en el Instituto Cervantes de Madrid para celebrar el cuarto de siglo del premio.
REPÚBLICA DEL CONGO
A mediados de febrero el festival de cine y literatura Etonnants Voyageursrecaló en Brazzaville. Intelectuales parisinos, ensayistas belgas, autores de moda nigerianos, poetas sudafricanos y escritores y cineastas francófonos del resto del continente africano se dieron cita en una ciudad que no puede presumir de cultura literaria. Y es que lo más etonnants (sorprendidos) de todos, cuenta Siddhartha Mitter en The New Yorker, fueron los autores locales, que viven en un lugar sin infraestructura editorial o apoyo institucional. No daban crédito al despliegue del festival -sus talleres, sus lecturas, sus conciertos, sus fiestas- organizado por Francia, un evento que, una vez vez más, puso de manifiesto cómo sigue marcando el paso de la producción cultural de sus antiguas colonias. (vía The New Yorker)

RUSIA
El actor Leonid Mozgovoy ha interpretado a Chéjov, a Hitler, a Lenin y también a Humbert Humbert, el profesor que pierde la cabeza por Dolores HazeLolita, en la novela homónima de Vladimir Nabokov. Mozgovoy ha interpretado a este profesor de poesía francesa de forma intermitente durante dos décadas en los teatros de San Petersburgo. Cuando el montaje se estrenó tuvo que vérselas con la censura soviética, pero pasó la prueba. Sin embargo, a principios de este año la obra de Mozgovoy se representó de nuevo entre polémica: el actor había recibido amenazas, el productor de la obra, una paliza, y el Nabokov Museum y la casa del escritor en Rozhdestveno fueron víctimas de actos vandálicos. Activistas anónimos han pedido la prohibición de la obra, el cierre del museo y la retirada de los libros de Nabokov de las librerías. En la Rusia de Putin, que enarbola los "valores tradicionales" por encima de todas las cosas, Nabokov vuelve a ser polémico 36 años después de su muerte. (vía The New Yorker)
INDIA
Es un hito: la editorial india Westland ha pagado al escritor Amish Tripathiun adelanto de un millón de dólares por su próxima trilogía. Es la primera vez que se paga una cifra de tal envergadura en el mercado editorial indio y la operación ha acaparado las portadas de todos los diarios. Tripathi, un banquero reconvertido en escritor superventas, es autor de una trilogía sobre el dios Shiva y forma parte de una nueva corriente literaria que mezcla mitos, historia, narrativa y espiritualidad. Gautam Padmanabahn, editor de Tripathi, ha admitido que el adelanto es elevado para un mercado como el suyo, pero el cálculo resulta de las ventas pasadas y, sobre todo, futuras del escritor. (vía The Guardian)
COREA DEL SUR
Los coreanos ni leen libros ni leen periódicos. Un reciente estudio de Statistics Korea ha concluido que el año pasado el gasto medio de los hogares marcó un nuevo récord a la baja: invirtieron menos de 14 euros en libros y revistas. Según Han Ki-ho, director del Korean Publishing Market Research Institute, "la situación del mercado editorial atraviesa su peor momento". No solo las librerías físicas están en declive -había 5.863 en 1994, 1.752 en 2011 y esa cifra ha disminuido en un 22% desde entonces-, también las librerías onlinehan empezado a ver menguar sus ventas. Y, si no leen, ¿a qué dedican su tiempo libre los coreanos? A ir al cine. La industria cinematográfica coreana batió récords en 2012, año en que vendió más de 200 millones de entradas. (vía The Korea Times)
(fuente Babelia

miércoles, 30 de mayo de 2018

PHILIP ROTH


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Es inevitable considerar a Philip Roth (Newark, 1933-Nueva York, 2018) uno de los autores centrales de Estados Unidos del último medio siglo. A su muerte,ocurrida ayer, su obra parece adquirir un relieve definitivo. Sus más de treinta títulos proponen uno de los frescos más originales y exhaustivos de las diversas neurosis estadounidenses. Las novelas de Roth, que mezclan la ficción con la guiños autobiográficos, no gozaron siempre de semejante unanimidad. En sus comienzos, en los años sesenta, su franqueza sexual lo llevó a ser considerado un provocador compulsivo. Su retrato irónico e iconoclasta del judaísmo fue recibido con críticas y malestar por esa comunidad, en la que fue criado y educado. Incluso fue acusado de narcisista por el modo en que exponía en clave sus relaciones (a veces de manera vengativa) con sus mujeres. Con los años, contra todo, la obra de Roth también es sinónimo de una literatura que no escapa a la reflexión moral. La mortalidad y el envejecimiento son los temas de sus últimos libros.
En 2012, había anunciado que ya no escribiría más ficción y que se dedicaría solamente a leer, sobre todo historia. Estimaba que lo que vendría a continuación no tendría ya la suficiente energía verbal que lo que había escrito hasta entonces. En una entrevista con el diario español El País a inicios de este año, Roth declaró que cada mañana se asombraba de haber sobrevivido otra noche. "En pocos meses dejaré la vejez para adentrarme en la vejez profunda", dijo. El novelista que, acaso como ningún otro de su generación, dinamitó las convenciones religiosas, políticas, sexuales y sociales de la época murió hoy en Nueva York.

Adiós, Columbus

Es el primer libro de Philip Roth, publicado en 1959, cuando el autor tenía apenas veintiséis años. La novela corta que da título al libro cuenta el romance entre dos jóvenes universitarios de diversa procedencia social. Él es un bibliotecario pobretón y ella, hija de una adinerada familia judía. Contada desde el punto de vista del joven, la historia se ve pronto infectada por las desigualdades, el deseo sexual y la sospecha. La historia fue llevada al cine en 1969 por Larry Pierce y el papel de Brenda Patimkin (la joven rica y hermosa) fue interpretado por Ali MacGraw. Completan este primer libro del autor cinco cuentos en los que asoma la variedad de registros de Roth: la iconoclasia contra los valores tradicionales, el humor, la ternura y las relaciones conflictivas entre padres e hijos de la comunidad judía en Estados Unidos.
El lamento de Portnoy
Su primer libro de cuentos, Goodbye Columbus, había sido muy bien recibido, pero fue su tercera novela, El lamento de Portnoy (1969), la que catapultó su fama pública. La narración consiste en el monólogo de un joven judío soltero, muy atado a su madre, que sufre por sus permanentes frustraciones sexuales. Las escenas de masturbación crearon gran controversia en su época (hoy tienen una gracia ingenua), pero el retrato de ese personaje cómicamente torturado preanuncia, con gesto más furibundo, cierto absurdo a la Woody Allen.
Secuencias de El lamento de Portnoy, adaptación de la novela de Roth realizada en 1972 por Ernest Lehman

La visita al maestro

David Kepesh ( El profesor del deseo) fue el primer personaje que Roth hizo saltar de una obra a otra, pero fue el también ficticio Nathan Zuckerman quien a la larga tomaría la posta como álter ego apenas velado del escritor. Le dedicó una tetralogía, que incluyeLa visita al maestroZuckerman encadenadoLa lección de Anatomía y La orgía de Praga. Con los años volvería a hacerse presente en otras novelas de peso, incluida la deliciosa Sale el fantasma, en que se lo muestra ya viejo y olvidadizo. La visita al maestro ( The Ghost Writer en inglés) es la primera del ciclo y es un perfecto tour de force. El joven aspirante a escritor Zuckerman visita a un autor admirado, E.I. Lonoff (acaso inspirado en Bernard Malamud), y se siente atraído por su asistente. En un memorable giro tragicómico, la muchacha resulta ser Anna Frank, que sobrevivió a la guerra. O eso parece.

Pastoral americana

Para algunos, Pastoral americana (1997) es la novela más importante del escritor. Las peripecias vitales de Seymour Levov, conocido como el "sueco", antigua estrella deportiva colegial, son narradas por Zuckerman, que reconstruye su historia tras enterarse en una reunión de graduados de que aquel murió recientemente de cáncer. La poderosa narración, siguiendo a su personaje, propone como trasfondo un amplio panorama de acontecimientos todavía recientes de la historia estadounidense: la sombra de Vietnam, la violencia radical de los años sesenta, los panteras negras y el escándalo del Watergate, entre otros. En el corazón de la trama figura un atentado que marcó de manera decisiva la vida del protagonista, y que es la clave de la novela.

La conjura contra América

El protagonista principal de La conjura contra América (2004) es un niño que se cría en Newark, New Jersey, y se llama Philip Roth. Es, claro está, otro de los engañosos juegos de identidad con que suele puntear su obra el escritor. Porque, lejos de lo confesional, La conjura... es una fantasía política de primer orden. Ya iniciada la Segunda Guerra Mundial, el famoso aviador Charles Lindbergh, de simpatías nazis y opuesto a la intervención bélica norteamericana, se impone en las elecciones presidenciales a Franklin Delano Roosevelt. Ese escenario virtual (en realidad, Roosevelt fue el primer mandatario de los Estados Unidos durante casi toda la contienda) le permite a Roth un acercamiento único a los entresijos de la política americana y a la condición judía en aquellos años decisivos. También es una perfecta coartada para recrear de manera extrañada su propia infancia.

Patrimonio

Roth también escribió, sin embargo, libros de corte autobiográfico tradicionales. EnPatrimonio. Una historia verdadera el héroe es Herman, su propio padre quien, ya octogenario, lucha contra una cruel enfermedad. Es un magnífico retrato, pero también una meditación sobre la difícil relación entre padre e hijo. Es posible que Patrimonio(1991) haya inaugurado una vertiente más reflexiva en la literatura de Roth, que mucho después alcanzaría uno de sus puntos más altos en Elegía Everyman, en inglés), novela breve sobre la fugacidad de la vida y el adiós.

Las Némesis

En un solo volumen, Literatura Random House publicó cuatro obras fundamentales de Roth: ElegíaIndignaciónLa humillación y Némesis. La cuestión de las decisiones que determinan (y no pocas veces arruinan) una vida sobrevuela este cuarteto de novelas cortas. Elegía, de 2006, aborda un motivo recurrente de la literatura: el vínculo de un hombre mayor y erudito que se apasiona por una joven bella. Fue llevada al cine en 2008 por Isabel Coixet y el personaje femenino fue interpretado por Penélope Cruz.Indignación (2008) es el relato de un joven que se opone al conformismo y la delación en Estados Unidos durante la "era McCarthy", que contrasta con temor, quizás justificado, del padre. En La humillación, de 2009, un actor consagrado, Simon Axler, inicia una relación aberrante y arriesgada, en un intento por recuperar el talento perdido. Esta novela no recibió buenas críticas, pero Nemésis, de 2010, reivindicó a Roth ante sus lectores. Ambientada en Newark, escenario favorito del autor, la historia transcurre en el verano de 1944, cuando se desata una epidemia de polio. Mientras el número de víctimas mortales crece, Bucky Cantor, joven profesor judío, se enfrenta a la muerte de sus alumnos con ira y estupor. La novela de Roth se asocia de inmediato conLa peste, de Albert Camus.